Marianne es la alegoría de la Revolución y la República. En un trabajo centrado en la figura e importancia de la mujer anónima durante el proceso revolucionario francés, creímos oportuno adoptar su nombre y simbología para nuestra exposición. A su vez, la adopción de una silueta, completamente anónima, da mucha más fuerza a la imagen que queremos mostrar.
Marianne adopta la apariencia de una mujer con un gorro frigio revolucionario. Simboliza los valores de la República y su permanencia en la ciudadanía francesa. El famoso lema revolucionario: "Libertad, Igualdad, Fraternidad", está perfectamente encarnado en la figura de Marianne. Es, por tanto, la representación de la madre patria fogosa, guerrera, pacífica y protectora. Simbolizaba el cambio de régimen para los revolucionarios, la madre protectora que protege a los hijos y las hijas de la Revolución.
Otro de los elementos elegidos para nuestra imagen y nuestro logo es la escarapela. Este símbolo fue usado en los primeros días de la Revolución Francesa, cuando una milicia en los días previos a la toma de la Bastilla, adopta este símbolo -con los colores azul y rojo de la ciudad de París- como método distintivo. Días después de la toma de la fortaleza, cuando Luis XVI reconoce a la nueva Guardia Nacional, se le añade el color blanco real por obra de Lafayette, comandante de la Guardia, partidario de la monarquía parlamentaria. Forma así, parte de nuestro logotipo como símbolo identitario y al ser origen de los actuales colores de la bandera nacional francesa.
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